La procesión...

De obras eternas y caos circulatorio

17/12/2024 6:00 | SUSANA GUTIÉRREZ

En el caso de los Jardines de Don Diego, se puede tirar de ese dicho popular que asegura que mal que no mejora, empeora. Ya no son los retrasos en las obras (que también), los problemas de movilidad para vecinos, las nefastas consecuencias en negocios de comerciantes, hosteleros y taxis; ahora también es el caos circulatorio que supone el dirigirse con el vehículo hacia los barrios de Santa Catalina y Ferial Bañuelos. Atascos monumentales en la calle Postas, en el Puente de Bigar, en la Plaza de la Virgencilla, San Francisco o El Ferial, al haberse cortado los dos accesos ‘oficiales’ hacia el barrio de Santa Catalina. Así, de repente, se cierra la vía que da salida a Sol de las Moreras, cuanto todavía (y lo que queda) no se puede acceder por la calle San Gregorio. Quién tuviera tan maravillosa idea (nos gustaría saberlo), se ha lucido y ha provocado el cabreo generalizado de todo aquel que se ha visto obligado a mantenerse al volante durante más de media hora para completar trayectos que habitualmente no llevan ni cinco minutos. Los ciudadanos se muestran enfadados e indignados (una sensación que va en ascenso tras año y medio de obras) y se sienten huérfanos de explicaciones o de que alguien asuma una mínima responsabilidad al respecto. En el ámbito oficial se desdramatiza con escritos en forma de bando pidiendo paciencia y que la gente no coja el coche, pero la realidad es la que se vive a pie de obra.

Por otro lado, la situación ha sacado a relucir otras vergüenzas (antiguas) que ya conocíamos, pero se agudizan llegados a este punto. La primera de ellas, que no se puede tomar una decisión de estas características cuando la única forma que queda para llegar hasta Santa Catalina, por el caso urbano, es una vía de servicio situada en Las Eras, que no está preparada para soportar ese volumen de tráfico y genera incluso cierta peligrosidad. Recordemos que ese espacio (estrecho y con falta de señalización) se realizó con una cesión provisional por parte de los propietarios de los terrenos para dar una solución al corte de Carrequemada cuando se sustituyó el firme. Desde entonces hasta ahora, ha llovido mucho. Incluso, en mandatos pasados, los dueños de los terrenos fueron a plenos a denunciar públicamente esta situación, pero nunca se ha puesto solución. Es más que evidente que el problema no es nuevo, pero lo que ha pasado durante esta última semana, lo ha puesto de nuevo en el candelero. A falta de rondas internas, tercer puente sobre el Duero y toda esa reivindicación histórica que esperamos llegue en algún momento, en estos días se puede tomar la circunvalación Tenerías que te hace volver al atasco de Las Eras, o hacer unos cinco kilómetros para ir por la inconclusa y desierta Circunvalación Este. 
Mientras tanto, llama la atención que se nos haya tenido, durante años, con el leitmotiv de que en la obra públicae no se puede asfaltar con ciertas condiciones meteorológicas como heladas y precipitaciones y, ahora, presenciemos cómo se hacen esas labores lloviendo y a menos dos grados centígrados. Debe ser que las técnicas y fórmulas se han modernizado mucho. El tiempo lo dirá. De momento, lo que parece claro es que tampoco estará a tiempo para Navidad, como se aventuró en un vídeo. Llega un momento en el que la mejor opción es no ponerse plazos, y confiar en que una vez que se ha convertido en la obra de El Escorial,  por lo menos termine bien. El año que viene lo veremos (crucemos los dedos).