
A veces es increíble observar el tiempo que se emplea por parte de los representantes públicos, por ejemplo, en querer echar a alguien de un grupo municipal, en escribir notas de prensa para contestar a colectivos que llevan años luchando por algo, en revisar las retribuciones por asistencia que cobran sus contrincantes, o en buscar estrategias para justificar que donde dijeron digo ahora dicen Diego. Si todas esas horas que quedan en aquello de los más absurdo de la política, se emplearan en el interés general, seguramente que a esta ciudad le iba a ir bastante mejor. No es un tema nuevo, pero sí una reflexión para comenzar estas líneas, con un análisis del tiempo perdido en el barro, en las guerras y algunas vendettas. Contra los que están enfrente, contra los de fuera, pero también contra los suyos propios. Muy sabio, como siempre el refranero popular, con aquel dicho de ’Cuerpo a tierra que vienen los míos’. Entre los que buscan conseguir la expulsión, la nominada a salir del grupo municipal y otros que ahora desde una posición secundaria observan con cierto gusto el despropósito de sus colores, se demuestra que esa pelota está ahora en el tejado del Partido Popular, pero ha pasado y pasará por casi todos los techos.
Mejor que esos esfuerzos se centren, por ejemplo, en buscar un reemplazo de futuro para cuando eche el cierre el Mercadona situado en la calle Carrequemada. El nuevo supermercado de la marca está más cerca después del convenio aprobado en el último pleno, gracias a la salvación de los votos in extremis de VOX. Hay cosas que no quedan cristalinas en todo este tema. En un primer momento, se nos vendió que este iba a ser el tercer punto de la marca en Aranda. Más tarde que, con la apertura de la nueva superficie, cerraría sus puertas la tienda de Carrequemada. La tercera versión llegó en la sesión plenaria, en la que se dijo que ese supermercado iba a cerrar sus puertas sí o sí, aunque no se ejecutara el proyectado en ese lugar que todavía alberga un club en las inmediaciones del parque Virgen de las Viñas. Cuál es el verdadero relato, nos preguntamos. Dirán los vecinos de Santa Catalina que poco importa ahora eso, cuando lo fundamental es trabajar para salvar la papeleta a un barrio tocado por muchas cosas, entre otras, la falta de servicios que se verá aún más agudizada. Poco se puede maquillar el asunto con que la empresa va a construir una rotonda de acceso y un vial que, según el convenio, supondrán una inversión de 800.000 euros. Esa obra va más por el interés particular, que por el general. Puede ser lícito, pero mejor que no nos cuenten cuentos a estas alturas de la película.
Tremenda historia también la de la depuradora de La Aguilera. Hace dos meses, cuando se llevó a pleno, se vendió como una auténtica panacea. Todo eran caras de felicidad. Incluso, dijo el alcalde pedáneo que, por fin, el pueblo iba a ser noticia por algo más que las famosas monjas del hábito vaquero. Eso sí, poco claras se mostraron las cuentas, más allá de la implicación de la Administración Regional en la inversión que costaría un millón de euros, más un mantenimiento de 30.000 euros anuales a cargo del ayuntamiento pedáneo. A partir de ahí, llego la oposición vecinal y el tema se paralizó para mejor estudio. Ahora el PP (partido que gobierna en La Aguilera) pide que esos gastos los cubra Aranda que tiene las competencias en depuración de aguas, según marca la ley. Puedo compartir que es una alternativa lógica, pero es un cambio de giro de guion, quizás, para intentar sortear las críticas. Y es que eso mismo puso sobre la mesa el portavoz socialista durante el debate del asunto y nadie apostó por incluirlo en el acuerdo. Y otra curiosidad, la notificación de Somacyl sobre la luz verde a una depuradora llegó, casualmente, el día 23 de mayo de 2023, cinco días antes de las elecciones. Sospecho que como un regalito propagandístico. Parece ser que nadie lo vio, y se dejó pasar esa oportunidad. Ahora se desempolva ese email.