Gangas

De proyectos estrella a realidades estrelladas

08/04/2025 6:00 | SUSANA GUTIÉRREZ

Al Ayuntamiento de Aranda, históricamente, le ha faltado coherencia a la hora de gestionar de forma racional sus instalaciones y dependencias. Hacerlo de una manera eficiente y optimizando recursos. Ni tan si quiera, en la actualidad, se tiene un inventario de bienes en condiciones, a pesar de que se pagó por él hace una década, y no conocemos ni tan siquiera en qué cajón está durmiendo. Este tema ha sido una eterna asignatura pendiente y sigue siéndolo. De eso no hay duda, ya que el último ejemplo se ha vivido recientemente.
Entre las actuales propiedades municipales se incluye un centro de arte joven que necesita una intervención de más de un millón de euros para comenzar a funcionar por carcomas y problemas varios (incluido dentro de la herencia envenenada, eso sí). Se enmarca en un edificio del Molino infrautilizado en materia de juventud, al igual que el parque que lo acoge. A mayores, está el Centro de Las Francesas con un albergue cerrado desde hace quince años, que ni está ni se le espera, y una zona dedicada transitoriamente al ocio alternativo para los jóvenes. Con este panorama, ahora nos pretenden vender las bondades de adquirir el edificio propiedad de la Fundación Caja de Burgos situado en la Plaza Mayor para destinarlos a Centro Juvenil, rememorando aquello que se vivió allí con tanto éxito hace tres décadas. Probablemente, también eran otros tiempos.
Un edificio más, que se ha pretendido sumar al parque municipal, acogiéndose a un precio de 350.000 euros y que nos han querido vender como la oportunidad del siglo. Inmueble que, de primeras, no es accesible, no tiene ascensor y, a mayores, necesitaría una reforma muy importante. Para poner en situación, es colindante a la última adquisición municipal en la plaza Mayor, el edificio de la Banca Pecho, llevada a cabo a principios de los 90 cuando era alcalde Javier Arecha. Una operación vendida como una ‘ganga’ que nos ha costado (porque lo pagamos todos) mucho dinero. Es más, nos sigue costando, a fecha de hoy. Se compró con inquilino, se intentó reformar por la extinta escuela taller, se derribó de urgencia un cuarto de siglo después, cuando su desplome casi costó un disgusto grande. A mayores, el arrendado se tuvo que realojar allá por 2006 y, a fecha de hoy, sigue en el ‘pisazo’ de los balcones a Santa María. Mejor no olvidar el pasado, por aquello de no repetirlo.
De momento, el primer intento en la compra de ese ‘Centro Juvenil’ no ha salido adelante al rechazarse la moción presentada en el pleno. De llegar a ejecutarse, nos encontraríamos con tres instalaciones dedicadas a jóvenes y ninguna en condiciones idóneas. Todo ello, además, en una Concejalía de Juventud sin medios ni personales ni económicos y que pasa totalmente desapercibida (desde hace muchos años), engullida primero por Festejos y, ahora, de forma colateral por Medio Ambiente. Esa es la realidad. 
Otro de los peros, es que se pretende sumar un inmueble al resto de propiedades municipales en la plaza Mayor, sin llevar una línea de continuidad, aquello de poder ejecutar unas instalaciones únicas. Recordemos que entre el edificio principal del Consistorio (que está pidiendo una reforma a gritos, para abandonar el estilo ‘Cuéntame’) y la Banca Pecho, existen otras dos casas de propiedad privada, que en por lo menos uno de los casos se ha querido vender por activa y pasiva al Consistorio. En la otra punta, se encuentra la Oficina de Urbanismo, reformado, pero que parece que se cae a trozos, según nos han contado (que se lo digan al Museo de La Tanguilla). Lo lógico es buscar la centralización de Servicios, no tenerlos todos disgregados sin una línea coherente.
Y mientras esa compra se pone sobre la mesa teniendo otras alternativas para los mismos fines en propiedad, el Ayuntamiento se ve obligado a alquilar dependencias de las que carece para otros ámbitos. Entre ellas, los locales de la Fundación Ibercaja para ludoteca, colectivos y pequeño auditorio; o el Centro Cultural para las representaciones teatrales. Este último (arrendado) también se ha puesto en entredicho al no poder acoger una puesta en escena ambiciosa que se tuvo que terminar suspendiendo. Es necesario priorizar y racionalizar. No se puede pretender ser una ciudad con unas instalaciones de ‘pueblo’, sumando cantidad frente a calidad y sin reflexionar sobre las necesidades reales. ¡Feliz martes!