Re-intento

De expulsiones en diferido, y culebrones del mes de agosto

29/07/2025 6:00 | SUSANA GUTIÉRREZ

De vez en cuanto, toca una de juzgados. En este caso, el asunto viene variado, en la forma y el fondo, pero finalmente entran los tribunales de por medio, por una u otra causa. El grupo municipal del Partido Popular ha interpuesto un contencioso administrativo, donde le pide al juzgado que le ratifique que su escrito de expulsión de Virginia Martínez está bien hecho y que el secretario municipal del Ayuntamiento no tiene razón a la hora de poner pegas y solicitarles algunas matizaciones. Piden que la justicia se posicione al respecto. Eso sí, cuando la balanza se incline a favor o en contra, lo hará prácticamente fuera de plazo. Va a tardar mínimo un año y medio, momento que estará ya muy cercano a las elecciones. Por lo tanto, ganen o pierdan van a ‘soportar’ a su compañera de fatigas durante todo el mandato municipal.

De aquí, se abren varias lecturas. Se puede interpretar como que quieren defender su honra en el juzgado y ganar, aunque sea una batalla ‘moral’, porque a efectos prácticos no irá mucho más allá. Además, siempre será una expulsión de un grupo municipal y no de las filas del partido de la gaviota, donde la nominada se prodiga en todos los actos de postín. La otra posibilidad, quizás la más cercana a la realidad, es que el tema se quiere dormir en el tiempo después del ridículo que durante meses se hizo con la expulsión en diferido, con tres intentos y un rifirafe de escritos varios. Primero, entre el grupo municipal y la damnificada. Más tarde, entre el grupo municipal y el secretario general del Consistorio. Una comunicación epistolar que llenó algunas páginas y visibilizó una puesta en escena de bochorno manifiesto. La realidad es que, ahora, que la ‘superviviente’ ya no tiene funciones en las filas blanquiazules como presidenta, se ha cobrado la ‘pasta’ del contrato de patrocino del partido contra el Real Madrid y la polémica ha perdido fuerza, han preferido bajar el suflé, convivir bajo el pacto de no agresión y desviar el asunto hacia lo judicial. Y algo más: todos callados (sobre el tema). Recordemos que solo era necesario, reunirse, votar y firmar un acta para ejecutar el plan hacia el exilio de Martínez del grupo municipal. Algo, que no se ha hecho.

En las primeras líneas, he advertido que el asunto iba de juzgados, pero de temas dispares, y por ahí sigo. Todo apunta a que en los Tribunales también volverá a terminar (una vez más), el tema de la plaza de toros. La inexplicable actuación del gobierno municipal con este asunto genera cierta incertidumbre sobre qué objetivo tienen respecto a ese edificio fantasma. En pleno mes de agosto, como en tiempos de aquella licencia de apertura “ilegal” de 2014, se mueve ficha. En este caso, desde la Concejalía de Obras se manda una nueva inspección del coso taurino. No han sido suficientes cuatro, con un nutrido listado de incumplimientos en materia urbanística y de seguridad de arquitectos y jefes de bomberos. Se eluden los mismos y ahora se envía a la recién estrenada inspectora urbanista para que supervise no se sabe muy bien el qué.  Sería positivo que explicarán (si quieren) cuál es la estrategia. Después de veinte años de culebrón, en los temas de la plaza de toros, coge fuerza el dicho de piensa mal y acertarás. Más aún, porque se están alejando (y mucho) de aquello que se pregonaba a bombo y platillo en plena campaña electoral. Un mes de agosto más, el coso será protagonista, y por nada bueno.