
Mario Aparicio vuelve a sonreír. Está defendiéndose a las mil maravillas y llega al tramo decisivo de la Vuelta a España con ilusión y ganas de dar el máximo de sus fuerzas. Precisamente las que le faltaron por culpa de una inoportuna gastroenteritis que afectó al equipo Burgos BH durante las primeras etapas y que ha llevado al equipo morado a contar con sólo cuatro ciclistas en la última semana. Mario es uno de ellos y junto al resto de supervivientes de la escuadra morada tratará de disputar alguna de las cinco etapas que restan para la conclusión. Algunas son prácticamente imposibles, como la de la Bola del Mundo o la contrarreloj individual de Valladolid, pero otras se adaptan bien a corredores aventureros y valientes como el ribereño. Entre ellas la de hoy martes, con final en un puerto de montaña (El Morredero) pero con un recorrido anterior muy propicio para que se formen fugas y escapadas.
Mario acabó en el puesto 65º ayer lunes y ocupa la posición 106ª en la general. Ha ido subiendo puestos poco a poco, conforme se recuperaba del virus estomacal que estuvo a punto de dejarle KO. Se recuperó y llega con ganas a las etapas finales. Concluir la ronda ya era un reto y hacerlo tras la gastroenteritis es un éxito. No en vano se estrenaba en una ronda de tres semanas y nunca había estado subido tantos días seguidos en una bicicleta. En la clasificación de los jóvenes ocupa el puesto 39º. Mucho mérito.