
La empresa Peache ha recogido el guante para finalizar las obras del centro cívico. Anunciábamos ayer que al igual que hizo con la construcción de la comisaría de Policía local, rescata ahora los trabajos tras la rescisión del contrato con Gesdesbur, en concurso de acreedores desde el mes de agosto. Una empresa que el equipo de gobierno califica de “cumplidora”, que se ha encargado también de la adecuación de la piscina Las Francesas y que está trabajando en la construcción del futuro centro de recepción de visitantes.
Eso supondrá un incremento de unos 300.000 euros en el proyecto, ya que la nueva adjudicación se realiza por ser la segunda firma con mayor puntuación en la única licitación que se ha hecho, a lo que habrá que sumar el dinero en viajes, comidas, horas extras de los empleados municipales o la contratación de un segundo abogado especialista en contratos públicos.
En realidad, sólo se ha paralizado la obra una semana, asegura el concejal de Hacienda Guillermo López. Y echa la culpa de ello al PP arandino por haber hecho saltar la alarma de manera pública sin molestarse primero en informar y preguntar al equipo de gobierno. “Ello provocó que los proveedores y las empresas que estaban trabajando no fueran”, señala.
Por tanto, todo apunta a que los trabajos finalicen a tiempo, -el 31 de marzo de 2026 es el límite-, para poder recibir la subvención de 1,7 millones de euros que llegan de Europa para un proyecto que rondará ahora los 7,1 millones. Pero para “cubrirse las espaldas”, el equipo de Gobierno ha tomado la decisión de dirigirse al Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana y solicitar una moratoria. “Hemos iniciado el diálogo”, apunta la edil de Urbanismo Ana María Hervás, seguida del alcalde arandino, Antonio Linaje, quien prevé que no haga falta utilizarla. De todas formas, indica que “es un proyecto tan sumamente importante para que se ejecute con fondos o sin fondos”.
“Lo más grave habría sido una paralización indefinida que hubiese supuesto perder la financiación europea y dejar el proyecto en el aire”, continúa Hervás, poniendo en valor el esfuerzo del equipo técnico y jurídico municipal para blindar la inversión.
Hay universidades interesadas
Con respecto a la llegada de estudios universitarios, la falta de compromiso que ha dejado entrever el rector de la Universidad de Burgos para implantar el grado de Enfermería en Aranda de Duero prometida por su antecesor fue respondida con un desafío por parte del alcalde de la localidad. Y se está cumpliendo.
Antonio Linaje aseguraba que en caso de que la UBU no mostrase interés por establecerse en Aranda de Duero, algo que sí que ha hecho con Miranda de Ebro, llamaría a las puertas de otras universidades públicas para una posible implantación.
Eso es lo que ha llevado a cabo en el último mes. “No hemos acabado de realizar esta ronda de contactos”, explica, aunque sí que adelanta que han sido varios los casos en que han sido universidades privadas las que han llamado a las puertas del Ayuntamiento de Aranda interesadas en establecerse en la ciudad.
A pesar de todo, asegura que “mi deseo sigue siendo que la Universidad de Burgos sea quien se implante en nuestra ciudad”.
Imagen: Antonio Linaje, en el centro, junto al concejal de Hacienda Guillermo López y la edil de Urbanismo Ana María Hervás./ BC