La cosecha de 2011 en la D.O Ribera del Duero es “excelente”. Así lo anunció hoy el pleno del Consejo Regulador tras las propuestas presentadas por los catadores del comité de calificación de cosecha, refrendadas por más de 850 muestras de vino, que suponen casi 63 millones de litros de vinos sometidos a examen analítico y organoléptico.
Así, la vigésimo novena añada de Ribera del Duero, relativa a la cosecha de 2011, ha recibido la mayor de las condecoraciones. La cosecha ha tenido una excepcional sanidad y una elevada calidad, presentando un grado alcohólico moderado, una acidez equilibrada, un altísimo acúmulo de color y, sobre todo, gran profusión fenólica.
La cosecha, que ya ofrece vinos jóvenes y jóvenes barrica de alta calidad, apunta a la consecución de grandes vinos, destacando especialmente su gran potencial para los vinos de guarda.
El presidente de Ribera del Duero, José Trillo, destacó que “los vinos de la Denominación de Origen Ribera del Duero se someten a un riguroso control de calidad, cuyo objetivo final no es otro que no defraudar las expectativas y la fidelidad que han mostrado a esta marca los consumidores, en estos tiempos tan difíciles”.
Los vinos de la cosecha 2011 se caracterizan por un grado alcohólico levemente superior a lo habitual, aunque bien equilibrado gracias a la acidez natural. Un año más se demuestra que Ribera del Duero posee un intangible especial que se mantiene al margen de los cambios que provocan sobre los viñedos la climatología cambiante de los diferentes ciclos.
Trillo destacó en su alocución que la Ribera del Duero volvió a sorprender un año más con la climatología, aunque la grandeza de la Denominación de Origen es “saber transformar las adversidades en diferenciación y calidad”.
En su fase visual los tintos están muy bien vestidos, con abundancia de color, adornando ribetes de tonos violáceos muy azulados; en la fase olfativa destacan especialmente los tonos procedentes de los taninos dulces, minerales y las frutas negras y rojas en perfecta maduración, ya conjuntándose en gran parte de los vinos con los tonos provenientes de la madera que este año están asimilando con facilidad.
Por su parte, en la fase gustativa se percibe un buen equilibrio entre alcohol, acidez y tanino, así como un gran potencial tánico de alta calidad.
La presentación de la vigésimo novena añada de Ribera del Duero se celebró en la sede del Consejo Regulador, en la localidad burgalesa de Roa, en presencia de los integrantes del Comité de Calificación.
Uno de sus miembros, el enólogo Tomás Postigo, avanzó que la cosecha “promete muchísimo, está muy equilibrada y muy balanceada y habla por si sola”. Postigo destacó que el desarrollo de la vendimia, caracterizada por su sequedad, fue clave a la hora de la elaboración de los vinos.
La campaña de vendimia se desarrolló con mayor tranquilidad de lo habitual, debido a la buena climatología y, en especial, a la ausencia de lluvias o heladas. Fue un tanto más larga que en los últimos años, permitiendo a viticultores y bodegas realizar una recolección más escalonada. “El vino es muy completo gracias a una fermentación muy controlada”, apuntó Postigo.